martes, 9 de junio de 2015

un último secuestro no!








“Los pliegues no están en el borde, no son marginales sino liminales. Están en los centros rurales y conceptuales de la sociedad, como las arrugas en la faz de la tierra. Esos pliegues son lugares para esconderse, pero sobre todo señalan zonas de inestabilidad, disturbios y cambios potencialmente radicales en la topografía social. Los cambios siempre son “cambios de dirección”, es decir, cambios de algo más que de técnica. En el ambiente urbano, en lugares abandonados o todavía no “domesticados”, individuos y pequeños grupos todavía pueden trabajar. Hasta en operaciones aparentemente tersas como las corporaciones y las universidades existen los pliegues:  hay que buscarlos fuera del centro. Los fenómenos  de pliegue llegan a su punto más alto –arte experimental, bares, cafés, clubes, animadas actuaciones callejeras, fiestas donde se congregan artistas en momentos en que existe equilibrio/tensión entre varias clases, niveles de ingresos, intereses y usos (…). Pero cuando se cruza el umbral de visibilidad y “estabilidad”, el barrio se congela en una nueva forma, se vuelve una “atracción” (….)y la arruga se plancha. Entonces los artistas –y otros que necesitan del ambiente de pliegues- se mudan a otros pliegues o crean uno nuevo.”

R. Schechner. Performance teoría y prácticas interculturales. Libros del Rojas. 2000.