“Los pliegues no están en el borde, no son marginales sino
liminales. Están en los centros rurales y conceptuales de la sociedad, como las
arrugas en la faz de la tierra. Esos pliegues son lugares para esconderse, pero
sobre todo señalan zonas de inestabilidad, disturbios y cambios potencialmente
radicales en la topografía social. Los cambios siempre son “cambios de
dirección”, es decir, cambios de algo más que de técnica. En el ambiente
urbano, en lugares abandonados o todavía no “domesticados”, individuos y
pequeños grupos todavía pueden trabajar. Hasta en operaciones aparentemente
tersas como las corporaciones y las universidades existen los pliegues: hay que buscarlos fuera del centro. Los
fenómenos de pliegue llegan a su punto
más alto –arte experimental, bares, cafés, clubes, animadas actuaciones
callejeras, fiestas donde se congregan artistas en momentos en que existe
equilibrio/tensión entre varias clases, niveles de ingresos, intereses y usos (…).
Pero cuando se cruza el umbral de visibilidad y “estabilidad”, el barrio se
congela en una nueva forma, se vuelve una “atracción” (….)y la arruga se
plancha. Entonces los artistas –y otros que necesitan del ambiente de pliegues-
se mudan a otros pliegues o crean uno nuevo.”
R. Schechner. Performance teoría y prácticas interculturales. Libros del Rojas. 2000.
R. Schechner. Performance teoría y prácticas interculturales. Libros del Rojas. 2000.
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