martes, 2 de abril de 2013

Multiples.




    Quisiera que mi vida fuera un carro de bueyes
   Que viene a rechinar, en la mañanita temprano, por el camino,
    Y que de donde vino regresó después
       Casi al anochecer por el mismo camino. 


Yo no tenía que tener esperanzas - sólo tenía que tener ruedas...
Mi vejez no tenía arrugas ni cabello blanco... 
Cuando yo ya no servía, me quitaban las ruedas
Y quedaba volcado y partido en el fondo de un barranco.

O entonces hacían de mí algo distinto
Y no sabía nada de lo que hacían de mí...
Pero yo no soy un coche, soy distinto
Pero que soy realmente distinto ellos nunca me lo dirían.

El guardador de Rebaños, Alberto Caeiro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario