Alguma coisa acontece no meu coração
Que só quando cruza a Ipiranga e a avenida São João.
Un poquito en broma y bastante en serio, tomo a Veloso en su visita a Sampa para
reflexionar sobre ésta -mi visita- a Buenos Aires y sobre los límites de la
ciudad.
El continuo urbano es la ciudad en el mapa, una ciudad en el mapa es un
espacio igual entre sus partes, entiéndase sus partes tienen cosas que son equivalentes
entre sí, que delimitan lo exterior. Aunque
si algo tiene de verdad el mapa es el reconocer las delimitaciones barriales,
el mapa es una idealización del territorio, que no es tan continuo porque se ve
truncado, de formas físicas y simbólicas.
Es público y notorio que, en San Juan y Entre Ríos, algo está pasando. Ahí
arrimadito a la Av San Juan nos cae la sombra y suben los decibeles, toneladas
de libertad en movimiento se desplazan por encima y todo, todo se desvanece en
el aire, este “mojon” demarca uno de esos interiores de la ciudad, que con esa antesala no deja lugar para
imaginarse nada más que un sur salvaje.
É
que quando eu cheguei por aqui eu nada entendi.
Después de la autopista se
acaba el mundo o solo existe una (¡) manada (!) de gente sacada, esta sentencia
es parte del conjunto de imágenes de un “gilito de barrio norte”. Al cruzar un
límite se vale no comprender del todo la
situación. A Veloso le sucedió, no por
gil, sino a causa de su condición de bahiano, pero recomienda explorar el límite, porque:
Quando
eu te encarei frente a frente não vi o meu rosto
Chamei de mau gosto o que vi, de mau gosto, mau gosto
É que Narciso acha feio o que não é espelho
E à mente apavora o que ainda não é mesmo velho
Nada do que não era antes quando não somos Mutantes